La temida comisión inmobiliaria
Cuando se decide poner a la venta una vivienda seguramente la primera idea que te viene a la cabeza es hacerlo de manera particular para ahorrarte la comisión de la empresa de gestión de inversiones inmobiliarias. Este pensamiento tiene su origen en el miedo a pagar comisiones muy elevadas. Algo que no tiene por qué ser así.
¿Qué es la comisión de agencia?
Se habla de comisión de agencia bien a una mensualidad o lo que se haya pactado con el propietario, en el caso del alquiler de un piso mediante una inmobiliaria, o bien de un porcentaje sobre el precio final de la venta de un piso. Esta cantidad va a variar dependiendo de la empresa, de la ciudad e incluso hasta del país. En España, por ejemplo, no existe una ley que indique el precio que tienen que cobrar las agencias inmobiliarias por realizar sus gestiones, así que cada una tiene sus propios honorarios que normalmente se suelen situar entre el 3% y el 6% del precio por el que se vende la vivienda.
La costumbre más común es cobrar tanto al comprador como al vendedor. La comisión de este último es la que se sitúa entre el 3% y el 6%, mientras que la que se cobra al que compra el inmueble se fija generalmente en un 3% en la mayoría de las empresas. Frente a este tipo de agencias están las que trabajan sin comisión y que ofrecen sus servicios online normalmente. En estos casos hay que fijarse en la letra pequeña para evitar sorpresas desagradables, puesto que por norma general no ofrecen servicios que son muy decisivos para la venta.